NOSTALGIA I
Son hermosos los grises,
los días,
grises que pasan por mi calle
golpean la ventana
y mojan el corazón.
Grises que estrujan mi soledad
zumban en los oídos
y arrastran los pensamientos
hacia ardientes orgías de dos.
Grises de luz y arcoiris,
con él,
grises que roban mis fuerzas
solo para contemplarlos
y hundirme en ellos.
Hoy es gris,
es viento, es frío, es calma
que hiere la esperanza
y duele.
Hoy es gris,
me gusta, sueño
y espero mañana
un azul.
La Habana, 14 de diciembre 1998
NOSTALGIA II
Vuelvo al gris,
sin ti,
tras los años,
tras otra ventana
en otra tierra,
en otro cielo.
Grises en un manto
que cubre todo, cayendo,
el rumor de la lluvia
corriendo a mares por la vida,
tocando a los que huyen
de la furia de los dioses.
Resoplan las chimeneas,
mas gris
volando hacia las nubes.
Calle gris,
que no reconozco mía.
Gris me oculto en las alturas.
La luz quiere
rasgar el gris
el azul quiere
imponerse al gris
el arcoiris vuelve
a inundarme el alma.
Santo Domingo, 4 de junio 2003
DESEO I
Es la madrugada
y este incendio
que no me deja dormir.
Casi las llamas me abrasan,
sola, logro extinguirlas.
Pero el fuego renace,
será una lucha infinita,
y dejo que me consuma.
Divinas cenizas que pueden volar,
ya no soy mas
que partículas de mí misma
dispersas en el aire.
No hay esperanza, o si,
otra vez el ave fénix
siempre la vida.
La Habana, 9 de diciembre 1998
DESEO II
Hoy no siento vergüenza
de este calor confuso
que me recorre
y se queda atrapado, sin atreverse
a subir para pensarlo
o a bajar para desearlo.
Hoy no siento vergüenza
de tantas lágrimas
a medio llorar, goteando poesía,
ni de soltar las palabras
que nadie quiso oír,
desterrando al silencio.
Hoy no siento vergüenza
de inventar amor
en cada insulto
y deseo en cada cucharada
hoy, mejor termino
antes de volver a avergonzarme.
La Habana, 26 de abril 1999
CRISIS I
Atrapada en este árbol
por viejas ramas
sosteniendo a los retoños.
Presa de un amor precoz
donde me hice encerrar
atada de pies y manos,
temerosa de romper el hilo.
Buscando enloquecida
puertas y ventanas,
descartando las falsas salidas,
con esa desesperación,
no tan desesperada,
de la que alguien habló.
Perdiendo pedazos de alma
por cada hora que me pasa por encima.
Desconfiada hasta la médula
de soluciones oficiales.
Quizás pueda pincharme el dedo
y dormir cien años
hasta que pase la borrasca.
La Habana, mayo 1999
CRISIS II
Morir, morir,
cada célula destilando tristeza
los sentimientos pugnando, todos,
anulándose unos a otros, el vacío,
como todos los colores, el negro.
El corazón se desborda,
el cerebro agoniza
las manos crispadas se abren
dejando caer, casi perfecta, una flor.
Caer, caer, caer
pétalos desgajados ya anuncian el final
bajo el paso de algún zapato distraído.
Pero unos ojos,
una mano precisa, quizás,
le cambien el curso a la vida.
La Habana, 6 de mayo 1999
CRISIS III
Presa de tus miedos,
terror a veces
de tu rabia,
de tus emociones disimuladas,
de tus pecados,
de tus deseos inconclusos,
de los infinitamente pendientes.
Jamás saldrás a la luz
prefieres la protección de la penumbra,
del gris
lo demasiado puede pasarte la cuenta
y no estas dispuesta
a alterar el orden de la vida.
Santo Domingo, 2003
INSEGURIDAD
Son ellos petrificados, inanimados,
apareciendo siempre en el camino
son esas piedras que no apartas
ni logras saltar, te confundes.
Tus pies se hunden en el miedo
la inseguridad te aplasta
No puedes esperar siempre
que la erosión del tiempo y el olvido
las deshaga,
puede demorar siglos,
para entonces habrás muerto
tragada por el pantano de la resignación.
La última piedra tiene voz
y a veces murmura o grita:
¿quién eres? ¿qué quieres?
puedes saltar, escalar, volar.
La Habana, 1999
AUSENCIA I
Eres tú,
quien me encuentra errante,
perdida en mis sueños,
estropeada de tanto buscar inútilmente
Eres tú,
quien me rescata,
chamuscada por esos fuegos
que dejan fríos el cuerpo y el alma
Eres tú,
quien me salva
cuando estoy a punto de caer al vacío
y ser devorada por el desamor
Eres tú,
quien me ayuda
a llevar la vida
que tanto pesa y amo.
Eres tú, siempre,
quien no está
en el momento de saber y decirme
quién soy yo.
La Habana, 1999
AUSENCIA II
Esta soledad tuya
que siento mía
y viceversa
me oprime el corazón
Amaneció frío este siglo
y ahora que conozco de ausencias y soledades
en esta inmensa cama helada
me pierdo
Corro a la habitación de mis niñas
buscando calor, amor, vida.
Felices, ellas duermen.
Tú me faltas,
yo despierto.
La Habana, enero 2001
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